Como diría Serrat: “Hoy puede ser un gran día”.
La salida de Patricia puede marcar un antes y un después en la casa de Guadalix. Esta madrugada nos ha castigado el oído con un insufrible concierto en el jacuzzi, pero se lo perdonamos a la espera que sea el último dentro de la casa.
Patricia ya no es la del principio, aquella niña disney que sonreía todo el rato y hablaba con el olivo, como en el cuento de Cenicienta, a mitad del baile, la carroza se ha convertido en calabaza. Una calabaza de Halloween, de esas que dan risa y miedo a los niños.
Su carácter se ha agriado, junto a su amiga Terry ha entrado en el bucle de los reventados. Da grima verlas despotricar de todo el mundo, llenas de rabia, junto a sus acolitas Catha, Lidia y el adosado de Damaso.
Cuando esta noche se abra la puerta de Gran Hermano para Patricia, Terry ya sabrá que es la que tiene más números para ser la próxima candidata para abandonar la casa, una vez asimilado el mal trago buscará refugio en Yago y supongo que se terminaran la reuniones de destripe del grupito de las pipas.
A partir de ahora Yago será el epicentro sobre el que girarán todos los habitantes de la casa, por suerte para la audiencia, ya que desde su regreso ha aportado con sus juegos y sus bromas positivismo y buen rollo a sus compañeros.
Esto seguro que de aquí a la final, vamos a disfrutar de unas semanas muy divertidas y alegres gracias al gran Yago, espero no equivocarme.