domingo, 13 de febrero de 2011

DRACULA


BRAM STOKER'S DRACULA es una buena película, cuidada hasta el máximo y con los suficientes estímulos intelectuales y artísticos para que el espectador dedique -después de su contemplación- parte de su tiempo a reflexionar sobre aquello que ha visto. Teniendo en cuenta cómo es, en general, el cine de los noventa, esto ya es mucho.


En el aspecto artístico -y en esto coincide casi la totalidad de la crítica- el prólogo es un alarde de sabiduría cinematográfica.

Aquí encontramos al mejor Coppola; aunque -todo se ha decir- influido por el cine japonés y en particular por el Kurosawa de KAGEMUSHA (película coproducida por Coppola ¡qué casualidad!). Quizás este fulgurante comienzo nos hace albergar esperanzas excesivas que no se materializan totalmente en el resto del metraje.


 La idea de ambientar la acción en la fecha en que se editó la novela permite algunas licencias interesantes como la asistencia a una primitiva proyección del cinematógrafo (olvidemos, por favor, las ridículas gafas azules que protegen los ojos del vampiro) o que los trucajes visuales del filme (en particular las -excesivas- sobreimpresiones) nos remitan a las imágenes de las añejas miniaturas de Méliès.

Pero este intento -loable- de recreación de una época y del estilo de una época choca con las muy sofisticadas metamorfosis del protagonista, demasiado numerosas y demasiado espectaculares. El Drácula-amante atormentado se ve eclipsado por el Drácula-polimórfico.

Es excesiva su pelambrera canosa, es excesiva su figura de vampiro-gárgola, incluso es excesiva su figura de vampiro "fin de siècle" con chistera gris y frac a juego iniciando en los misterios del hada verde (es decir, para los abstemios, la absenta) a su amada en un fragmento que tiene más de "spot" publicitario para "epatar" a los modernos que de escena que haga progresar la acción dramática.



Otro aspecto polémico es la -para mí- equivocada dirección de actores que supone haber dejado total libertad a Sir Anthony Hopkins, unn gran actor que en esta ocasión hace una interpretación histriónica y
"pasada de rosca" de quien se supone que es un triple doctor -médico, filósofo, teólogo- más próximo a un místico que a un personaje de "grand guignol".
Pero, a pesar de todo ello, la película deja una sensación de obra bien hecha, de cine comercial -eso sí- pero inteligente, que hace que sea recomendable no sólo su visión, sino también su revisión. No es, quizás, una obra de arte indeleble en la memoria de los que la han visto, pero sí que es una realización superior a la media de los productos industriales que Hollywood nos ofrece. Puede encandilar, simplemente gustar o desagradar; pero es precisamente esta capacidad de generar polémica lo que la convierte en una película importante -y no sólo del cine fantástico. 

Nota 1: Sobre el vestuario de Eiko Ishioka cualquier opinión es válida.

Nota 2: Wojciech Kilar hizo una gran banda sonora, pero su tema final, Love Song for a Vampire (Canción de amor para un vampiro) fue escrita por Annie Lennox.

La película tuvo una buena acogida por el público, y obtuvo 4 nominaciones a los premios de la Academia en 1993, de los que obtuvo tres: Mejor diseño de vestuario, Mejor Maquillaje y Mejor edición de sonido.

14 de FEBRERO




SAN VALENTÍN VAMPÍRICO
Mañana, 14 de Febrero, se celebra en parte del mundo que llamamos civilizado, una de esas festividades que tánto hacen en beneficio del consumo.
Pero no siempre fue así.
Hubo un tiempo en que lo que se celebraba por esas fechas, era el emparejamiento de los pájaros, como símbolo de amor y creación.
Hubo un tiempo en que fue una fiesta pagana, donde se le entregaban a Eros, dios del amor, regalos u ofrendas para que este les ayudara a encontrar el AMOR ideal,
Hubo un tiempo posterior, en la antigua Roma, donde lo que se celebraba por esas fechas era La Fiesta de las Lupercales, en honor de Fauno Luperco (el que protege al lobo).Os copio literalmente, me parece interesante:
"Fiesta de las Lupercales
Así se llamaban en la antigua Roma a unas fiestas que se celebraban el día 15 de febrero. Fueron instituidas por Evandro el arcadio en honor de Pan Liceo (también llamado Fauno Luperco). En la Roma arcaica se daba un fenómeno religioso: la prostitución sagrada de las mujeres que tenía lugar en el Ara Máxima, todo ello asociado con las fiestas lupercales.
Los lupercos debían ser en su origen adolescentes que sobrevivían de la caza y el merodeo en el bosque durante el tiempo de su iniciación en la edad adulta. Era un tiempo sagrado y transitorio en que se comportaban como lobos humanos.
Se celebraban en la gruta llamada Lupercal, (que más tarde se llamó Ruminal en honor a Remo), situada en el monte Palatino que era el lugar donde la tradición aseguraba que una loba había amamantado a los gemelos Rómulo y Remo. Los festejos estaban dedicados al dios pastoril Luperco, que era una deidad muy antigua de los ítalos.
Comenzaba la fiesta con una ceremonia oficiada por un sacerdote en la que se inmolaba una cabra. Después, ese mismo sacerdote tocaba la frente de los lupercos con el cuchillo teñido con la sangre del animal y a continuación borraba la mancha con un mechón de lana impregnada en leche del mismo animal. Éste era el momento en que los lupercos prorrumpían en una carcajada de ritual.
A continuación se formaba una procesión con los lupercos desnudos, que llevaban unas correas hechas con la piel de la cabra recién inmolada, y con ellas azotaban a las mujeres que encontraban por el camino, como ritual para hacerlas fecundas".

Más tarde, la iglesia en el siglo V recuperó la historia de Valentín, sacerdote cristiano en la Roma de Claudio II, cuando se prohibía el matrimonio de los soldados. Valentín, haciendo caso omiso de la prohibición, casaba a las parejas por el rito cristiano, por lo que fue procesado y condenado. Mientras estuvo encerrado, se enamoró de la hija del carcelero, de la que se despidió, la víspera de sú martirio, mediante una nota firmada con las palabras “DE TÚ VALENTÍN”, de ahí el origen de las cartas y poemas de amor que ese día, se cruzan los enamorados.
Después llegó……….El Corte Ingles!!!!!!!!!
Y así estamos…………………..,
lo celebraré viendo una película, y como buena vampira, elegiré una que, aunque muchos no opinen lo mismo, nos muestra una hermosa historia de amor
DRACULA de Bram Stokker, dirigida por uno de mís personajes favoritos, Francis Ford Cóppola,
“LOVE NEVER DIES”
o lo que es lo mismo:
“EL AMOR NUNCA MUERE”
Drácula atraviesa océanos de tiempo para reencontrarse con Mina. El amor de Drácula es el más grande que jamás haya existido. Es un amor que traspasa los siglos y la muerte. Él sólo vive para volver a verla. La historia de Drácula y Mina es una historia de amor y de deseo. Jamás nadie deseó como desea Drácula. Su voluntad, su deseo y su fuerza no tienen comparación. Entre todas las bestias, es la más fuerte. Entre todos los hombres, es el más hermoso. Y Mina es la única afortunada de toda esta historia. ¿Quién no esperaría años por un amor así? ¿Quién no se muere de deseo por ser deseada/o de esa forma?..................




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