No es dificil imaginarse a Iván como a un detective privado, de aquellas entrañables películas de cine negro, sentado en una oficina desordenada y llena de polvo con los pies sobre la mesa, fumando un cigarrillo e inmerso en sus reflexiones, contemplando el retrato de la novia que le abandono hace ya mucho tiempo, mientras espera un caso que le despierte de su letargo. Un perdedor que va de duro y en el fondo es un sentimental que sólo cuenta con el apoyo de su secretaría, la fiel y discreta Loli que con el paso del tiempo ha empezado a encariñarse de él.
Todos los días son iguales, las horas pasan monótonas, sin ningún cliente que llamé a la puerta, cuando empieza a anochecer cierra el garito y comienza el ritual que más le gusta, irse a tomar unos bourbons al tugurio de la esquina, sentarse en la barra del bar y darle la barrila al dueño del establecimiento hasta la hora del cierre. Es el antihéroe por excelencia.
De pronto un día una despampanante rubia entra en su oficina y le ofrece un caso que no puede rechazar, le hace entrega de un anticipo y le promete un talón de sesenta mil euros si triunfa en su cometido. La sensual mujer da una chupada al cigarrillo y le pone al corriente de su misión, ella representa a una productora que esta realizando un reality, quieren que el también participe y descubra a los concursantes que intenten engañar a la audiencia o finjan ser lo que no son.
Iván vive por la guía de su propia brújula moral, no es un detective brillante pero si es una persona de mundo, muy sagaz e intuitivo que tiene un sexto sentido para detectar a los mentirosos y a los hipócritas. Nuestro hombre acepta el caso sin vacilar.
Los primeros días en la casa, se le hicieron cuesta arriba, se sentía desubicado, estaba claro que su fama le precedía y muchos le miran con recelo, tenían miedo a ser descubiertos, eso dificultaba su pronta integración en el grupo.
No pasó mucho tiempo para que las primeras caretas fueran cayendo, Gerardo fue el primero. Quiso deshacerse de Iván, pero no consiguió el suficiente respaldo de sus compañeros, viendo frustrado su intento y a sabiendas que no era querido por la audiencia, todas las semanas estaba nominado, decidió que la salida más honrosa era abandonar el concurso, alegando que no quería ver sufrir a su familia ¿? !Alucina vecina!
Los siguientes fueron David y Natalia a los que Iván les hizo la cruz del gato, ella es una enferma que sólo se dedicaba a sembrar cizaña y él un embustero más falso que un billete de tres euros.
David ya demostró durante su paso por “La Casa de tu Vida” y posteriormente en los platos que sólo se mueve por dinero y miente más que habla, eso sí lo hace con una desfachatez que da grima. Se pasó el concurso amenazando con irse pero sólo había que ver lo triste que se puso el día de su expulsión cuando creía que no estaba nominado. David dejó claro hasta la saciedad que aborrecía a Lara pero ahora dice que quiere que gane el concurso, en resumidas cuentas un jeta. !Menudo fichaje!
A la gritona y maleducada de Lara, Iván la calo a la primera: “Esta haciendo un papelón” y el tiempo como siempre le dio la razón. Mientras se supo favorita de la audiencia fue de prepotente por toda la casa, haciendo lo que le daba la gana y fastidiando a todo el mundo, intentando provocar a la gente con sus puyas y sus berridos, en cuanto estuvo nominada y vio las orejas al lobo, cambio radicalmente, se diluyo como el azúcar, arrepentida se lanzó en brazos de "mama" Marta y ya no grita: ”Hago lo que me sale del conejo”, ahora dice: “Hago lo que me salé del alma” !Que comedia!
Jorge en su papel de “queda bien”, tampoco pudo engañar a Iván, a los pocos días dijo: “Es otro Julito, el de casa, el de siempre”, desde entonces los ataques de Jorge a Iván, acusándole de vago y sucio no han cesado.
Sofía ha estado nominada todas las semanas y a su nuevo compañero casi no lo conozco, así que paso palabra.
De Yola y Juanmi, no hay nada destacable que mencionar, si fuese Gran Hermano diría que son un poco muebles, pero tienen algunos puntazos y al igual que me pasó con Lidia, me dan buen rollo. Juanmi es como un osito de peluche y despierta ternura en parte de la audiencia femenina y Yola con su actitud entre infantil y surrealista, me saca más de una sonrisa, hacen buena pareja.
De Marta López no hay nada que descubrir porque todos la conocemos y a pesar de los esfuerzos de la productora por protegerla, está nominada todas las semanas. Su papel de madraza de todos, cariñosa y afectiva no cuela y el de mujer enamoradiza preocupada por su matrimonio, es patético. Estoy harto de la pantomima Marta Coyote.
Qué lástima que no tengamos el 24 horas para poder observar la cantidad de mentiras y falsedades que de buen seguro inundan la casa y tengamos que depender de los resúmenes que intentan manipular a la audiencia mediante la selección direccional de favoritos a través de la emisión de imágenes previamente sesgadas y en ocasiones con una repetición intensiva, según el objetivo que la cadena persiga. Sólo nos queda Iván y su sexto sentido para enterarnos de algo, ese cuarentón fondón con alma de niño, que sigue la ley del mínimo esfuerzo pero que siempre va con su verdad por delante y a pesar de que se le pueda acusar de cabezón y pesado, no intenta vendernos la moto como otros que ya no están y algunos que siguen ahí dentro.
Siempre he tenido predilección por estos antihéroes que tras una pose dura o chulesca, esconden sus sentimientos por temor a ser vulnerables, eso fue lo que más me atrajo de Yago. Se rayan con facilidad, así que les gusta rodearse de gente con buen rollo.
Son imperfectos y cometen errores pero no tienen dobleces, si no les caes bien te lo dirán a la cara y nunca te bailaran el agua, no les gusta la gente con doble moral y aunque olviden, no perdonan, lo fácil sería hacer el paripé de cara a la galería pero a diferencia de otros, ellos jamás lo harán.
Iván es mi favorito pero si la audiencia decidiese que Juanmi y Yola deben ganar no me rasgaría las vestiduras, el resto o no me dicen nada (Sofía) o me sobran (Marta y Lara)