Son muchos los eventos que se dan en la romería de la virgen de la cabeza empezando por el pregón, pasando por el paseo de las banderas, los concursos de sevillanas, las catas romeras, la ofrenda floral el jueves, la entrada de cofradías el viernes, la subida al santuario el sábado dónde se dan misas romeras durante toda la noche del sábado al domingo, hasta las doce del mediodía que es la misa oficial y tras la que da comienzo la procesión de la virgen de la cabeza en la que es tanta la fe hacia ella que la gente hace casi cualquier cosa por llevarla a sus hombros, y acabando con la bajada el lunes, día que podemos disfrutar de un bello paseíllo a la llegada de las cofradías a caballo o jamuga y de las carretas.
Pero a mi me gustaría más destacar de todo esto las muchas curiosidades que destacan en ésta romería y que son preciosos pequeños detalles dignos de recordar y de compartir con Sonmisma intensidad con que yo las disfruto.
Se trata de curiosidades como la piedra que habla, una piedra con un texto que lo que pretende es dar ánimos al peregrino que sube andando al santuario, se encuentra al final de la cuesta del reventón, el momento del camino en que las fuerzas más desfallecen.
¡Parad, caminantes, que os habla esta piedra...!
Es Sierra de Andújar gloria de las sierras,
breñal encantado de sierra Morena...
Efluvios divinos, el alma penetran,
mirando esa cumbre de la Virgen Reina,
que un templo de roca quiso hacer en ella.
La jara es su incienso; altares, las crestas,
y lámparas suyas todas las estrellas.
Por eso viajero que a este sitio llega,
por lejos que vaya el alma aquí deja.
Pero antes si es andando como subes has de haberte encontrado con la estatua del peregrino, una estatua de un caminante con un hueco en el pecho a través del cuál se puede ver el santuario de la virgen de la cabeza a lo lejos.
Son varios los medios para llegar al santuario, caminando como ya he dicho, a caballo, burro o mula, en coche o moto, y de la manera que a mí más me gusta que es en carreta.
Pero si subes en coche no puedes hacerlo sin hacer un alto en el camino para observar las tres marías, tres piedras escondidas en el monte en una zona muy pedregosa, valga la redundancia, en las que se encuentran dibujada la virgen de la cabeza de tres colores distintos, una roja, otra azul y otra amarilla, y según la leyenda si consigues ver a las tres marías podrás pedir un deseo porque te lo cumplirá.
Una vez llegues al santuario no debes dejar pasar la oportunidad de visitar a una enorme virgen de piedra situada a la derecha del santuario que dicen que si le das tres vueltas encontrarás pareja, ¡todo un hito para aquellas mujeres que ansían encontrar a alguien con quien compartir la vida!
Durante la guerra civil el santuario fue invadido por los rojos y para salvar a la virgen de la cabeza de ser quemada un capitán de la guardia civil, Santiago Cortés, la escondió no revelando su ubicación nunca pues fue herido de muerte en uno de los bombardeos al santuario, la virgen que tenemos ahora es una réplica, dicen nuestros abuelos que la virgen anda escondida en una fosa común bajo el santuario y es por eso por lo que el lugar es bendito y despierta tan buenas voluntades en los corazones de las personas.
En una ocasión también me contaron que existe en un remoto lugar en las inmediaciones del santuario un olivo que da frutos con la imagen de la virgen grabada en ellos, aunque no conozco a nadie que lo haya visto, sin embargo es bello soñar con encontrarlo algún día.
Pero mi curiosidad favorita es aquella que cuenta cómo cada año por mucho que llueva, en el momento exacto en que tiene que salir la virgen a la calle deja de llover, se abre el cielo y brilla el sol todo el tiempo que está ella en la calle, es como si los angeles apartaran las nubes para poder verla, aunque la creencia popular es que es la virgen misma la que obra el milagro, un acontecimiento digno de admirar. Este año la romería ha sido pasada por agua, y a pesar de ello, el día de la ofrenda, día en que la virgen salió de su capilla para recibir las flores que todos los andujareños y demás turistas le llevábamos a regalar, no llovió hasta muy entrada la noche, y el domingo, el día de la procesión también pasó lo mismo, recuerdo que miré al cielo y al verlo despejarse pensé: “ya está la virgen en la calle”.
